💘Amor en Tiempos de Tinder: entre Risas, Lecciones y Sorpresas
Substack me inspira, y mucho. Esta vez ha sido un post ¿en forma de señal? 🤔y mi compromiso de escribir más a menudo. Acompáñame en el comienzo de lo que será mi primera serie en Substack.
Para mi las casualidades no existen y todo lo que pasa está, en cierto modo, destinado a ocurrir. También puede ser cierto que si tenemos algo en mente y nos encontramos de frente con algo que nos lo recuerda pensemos que, estemos frente a una señal, “ese es el camino” -aunque sea pura sugestión-.
Sea casualidad, destino o sugestión personal, el otro día me topé de lleno con un post de
“yo tampoco sé qué hago en Tinder.” Además de descubrir que no soy la única que rescata canciones de los perfiles de Tinder -para mi está siendo una fuente para conocer nuevos grupos y canciones que desconocía🙌🏼- me inspiró a escribir lo que hoy estás leyendo.La visión de su mordaz post -perfectamente comprensible-, era un tanto desalentadora, por lo que no pude evitar enviarle este comentario:
Y es que no todo es malo en Tinder.
Como le decía a Carlota, no todo es malo, hay esperanza y se pueden extraer muchas experiencias positivas. Desde gente curiosa que conoces, aunque no acabéis “pegando ni con cola”, conversaciones interesantes que no tendrías con tus amigos, hasta el mero placer de descubrir a otra persona que puede tener un pensamiento radicalmente distinto al tuyo y regalarte una perspectiva diferente de la vida.
Personas a las que, al estar fuera de nuestro círculo, no tendríamos acceso si no fuera a través de una aplicación.
Otra de las cosas positivas es que, cuando más catastróficos sean tus encuentros sin pantalla de por medio, mejor te lo pasas comentando con tus amigas. Son innumerables las horas de largas risas y disertaciones que hemos pasado narrando lo que nos pasó en la fallida cita e intentando arrojar perspectiva a las preguntas y pensamientos de la damnificada de cada momento.
Tantos han sido estos momentos y estas risas -estoy segura de que en cualquier grupo de amigos pasa- que, en muchas ocasiones, hablamos de hacer un podcast contando nuestras venturas y desventuras y las de cualquiera que nos quisiera contar las suyas y someterse al “consejo de sabias”. Como la idea de los podcasts en conjunto no salió, muchas me animaron a escribir sobre estos temas. Para arrojar luz y para que esos trapitos1 sucios que lavar, salieran a la plaza pública, como decía Carlota.
Acogida la aparición de su post como señal, y con esta renovada inspiración, anuncio hoy, día del amor por antonomasia,2 que comienzo mi primera serie de artículos, la cual saldrá todos los jueves. El primero ya está escrito, no podía empezar estas historietas sino con el tío del picante.
Espero que os gusten, que los disfrutéis y que os entretengan.
PD: El próximo jueves, el primer capítulo con la introducción.
Y tú, ¿También haces consejo de sabios? ¿Cuál es tu balance? ¿Existe esperanza o más vale salir corriendo? ¡Os leo en comentarios!
Fiel al sentido de su texto, habla de “braguitas”, pero me parecía que quedaba mejor trapito en el sentido del párrafo.
El Día de San Valentín tiene sus raíces en la tradición católica, asociada con San Valentín, un sacerdote romano que, según la leyenda, realizaba matrimonios en secreto durante el imperio de Claudio II, quien había prohibido los enlaces para propiciar que los jóvenes se alistaran en el ejército.
Adoro a mi marido, menos mal porque como tuviera que meterme en estos fregaos yo no sé…
Nada como un buen gossip para engancharse.