💘Lo que Lily aprendió usando Tinder: El salvador de las almas perdidas de Tinder
(y qué haría Samantha Jones)
Esta serie empezaba con una reflexión ¿existe un solo tipo de amor? 💖💕✨
¿Qué me llevó a adentrarme en este sarao? 😅
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Espero que os guste , os entretenga y sirva al debate 🎇❤️·🍿😉·🗣️📢
Hoy viene a contarnos sus desventuras
. Me encontré con ella a través de Notes y empecé a reconocer el valor del algoritmo de . No sé si fue a través de la referencia de otra lectora o si fue directamente, pero empecé a pensar… “Oye, pues si que parece que que esto del feed funciona.” 🤔Después de leer este post Dating en tus 40s me dije, ¡¡¡tengo que invitarla a pasarse por aquí y contar alguna historia!!!
Y… aquí estamos con esta valiosa colaboración y con esta historia que no os va a dejar indiferente.
No me pude reír más cuando me mandó el borrador y no sólo es cuestión de las artes del afortunado pretendiente, porque una mujer así no se encuentra a la vuelta de la esquina, sino de la gracia genuina con que nos cuenta lo ocurrido (sospecho que esta anécdota es pura realidad 🤫).
Este es el substack de Lily, para que podáis echar una lectura y suscribiros:
Y sin más, os dejo con
. Estoy segura de que vais a disfrutar el post tanto como lo hice yo al leerlo 🙃El salvador de las almas perdidas de Tinder
(y qué haría Samantha Jones)
Los nombres y algunos detalles fueron cambiados para respetar la privacidad de los terceros involucrados que no saben siquiera que son publicados.
Noviembre, 2020
¡Qué brazos! No es precisamente Mr. Big pero esos brazos. Además es divertido, positivo, ¡va a terapia! Esa debería ser mi señal, y esos brazos. Enfócate Liliana, va a terapia, es un hombre trabajado, eso es más importante que el cuerpo, cuánto dinero gana, en dónde vive o a qué se dedica, (ay pero esas cosas a mi sí me importan). Va a terapia y es fit que te valga que no te lleve a los mejores restaurantes de Masaryk. Sé sincera contigo, ¿de verdad eso te preocupa o es que tú todavía te sientes gorda y él es tan fit? Qué nervios que me toque la panza o si llegamos a más, me vea desnuda y que estoy llena de celulitis. Es sólo una date, cómo fregados quieres tener novio si ni siquiera vas a una date.
—¿José Luis?- si ya lo vi por foto porqué le pregunto, es obvio que es él.
— Sí, soy yo, hola, mucho gusto Lily- me abraza y Dios esos brazos. Enfócate, pon atención a la conversación, tienes que ser coqueta y recuerda que es potencial de novio, ¡compórtate!
Supongo que sí le gusté si me pidió mi número para mensajearnos por WhatsApp y no dentro de Bumble. No es precisamente mi tipo, tiene ese acento chilango que hijole, pero wey, a ver, escucha a Diego Dreyfus, va a terapia, lee de desarrollo personal, ósea es alguien con quién tengo mucho en común y podríamos ser compatibles. Además, nos vimos en un café de Masaryk y él pagó. Tal vez me precipité a juzgarlo por su trabajo y en lugar donde vive. Tiene una hija ok, eso es algo que más me vale resignarme a que va a pasar a esta edad, las probabilidades de salir con hombres que sean papás cada vez son más altas. Lo importante es que como en su caso, todo esté resuelto con la mamá y eso es sólo porque va a terapia. Y es una persona happy.
— Hola, ¿cómo estás?- wow, siento que ya nadie habla por teléfono.
— Muy bien, ¿y tú?-.
— Excelente, además de saludarte y saber cómo estás, te llamo para preguntarte si has escuchado del “Escape room”- ¿el qué?
Jamás en mi vida me he subido a una moto y menos en la ciudad, no lo conozco, no sé cómo maneja. Ok ok, pero supongo que si sube a su hija maneja bien, pórtate cool Liliana.
— ¿Te has subido a una moto antes?
— Claro, sólo es mi primera vez en la Ciudad de México- media mentira no es tan grave.
Resulta que lo de la moto no estuvo taaaan mal. Pero no me encantó, si ando con él voy a tener que acostumbrarme, no me va a quedar de otra, qué nervios cómo se mete en el tráfico. No tiene coche, decide si la moto es más importante que el hecho de que te gusta, es un hombre positivo, divertido, y como él dice, “dedicado a ser feliz”. Además fue una cita diferente, sí me puse nerviosa con el “Escape room”, un lugar con diferentes escenarios como la selva o una nave espacial (como la que nosotros seleccionamos) con diferentes retos y tienes que descubrir pistas, contestar preguntas, armar o desarmar cosas para escapar. Doña inseguridad temía que mi cerebro no quisiera funcionar y hacer el ridículo en la segunda cita. Salir con él sin duda va a ser una experiencia diferente. Además, ¡le gusta el stand up! Ya me vi con él yendo a bares y teatros. Y esos brazos, me sigue poniendo muy nerviosa que estoy gorda, pero así le gusté. ¿Y porqué no me besó? Me hubiera gustado que me besara.
<Hola, ¿quieres ir por un café más tarde?>. Me llega un mensaje, ¿qué tenía que hacer hoy? No importa, ya es la tercera date, vamos bien. <Estoy libre, me encantaría>. ¿Me habré visto desesperada y como que no tengo vida si le dije que sí el mismo día?
Fuck, ¿qué me voy a poner? Hace frío pero me quiero ver sexy y que a la vez no se note que todavía estoy gorda. A ver, esta faldita, qué bueno que nunca la mandé arreglar cuando estaba flaca si no no me entraría. Medias, botines, ¡sí estos de punta se ven sexys! La blusa da igual, con la chamarra ni se me va a ver. No me encanta que no se ofreció a pasar por mí, pero tampoco quisiera subirme a la moto así. No, acuérdate que te dijo que en la noche no saca la moto. Y ni al caso que pasara por mí en uber, claro claro, hace más sentido que nos veamos allá.
— ¡Hola! ¿Cómo estás?- ay me encanta su abrazo, huele un poco a colonia barata pero esos brazos, ¡hoy sí quiero un beso!
Esto va bien, aunque siento que cae en el positivismo tóxico. Yo soy una persona happy me satura un poco. ¡Tú lo que quieres es un novio y recuerda que va a terapia! ¿Prefieres un don que se queja de todo? Ok ok, ya tardaste demasiado en el baño, regresa a la mesa.
— ¿Y dime, cuánto tiempo llevas en Bumble?- mi inseguridad me obliga a hacer esa pregunta, ¿será muy pronto para proponerle que los dos lo cerremos?
— Apenas tres meses, ¿tú?- me contesta.
— Menos de un mes, tú eres el primero con el que salgo. Tú, ¿has salido con varias?- siento que es una pregunta obligada, reconozco que es doña inseguridad quién habla pero quiero saber.
— Como unas cincuenta- ¿qué qué? ¿En tres meses cincuenta? ¿Qué fregados?
— ¿En tres meses? ¿Cómo tienes tiempo? ¿Todas de Bumble?- quisiera ver mi cara en un espejo ahora.
— Sí, en tres meses, de Bumble y Tinder, estoy en las dos- ¿que no trabaja?
— ¿Cómo haces con tantos match y para salir con tantas?- ya no me importa disimular el shock.
— A veces salgo con dos o tres el mismo día- bueno, menos mal es sincero.
— Con varias he salido sólo porque de ver sus fotos se ve que no hacen muchos match- no puedo creer lo que estoy escuchando.
— Y se ven tristes o como amargadas y las invito a salir para contagiarles felicidad- no es cierto que dijo eso, dime que no por favor, ahora resulta que se cree ¡el salvador de las almas perdidas de Tinder!
— Contigo fue diferente, tu sonrisa es contagiosa y te veías una persona feliz, entonces dije, la voy a invitar a salir para contagiarnos alegría mutuamente- no pues gracias, me siento halagada.
Tres días después…
No sé qué es peor, que yo estaba segura que ya no quería salir con él pero no le dije lo que realmente pensaba. O que ni siquiera intentó besarme y ya no me volvió a buscar. ¿Quién rechazó a quién?
¿Qué haría Samantha Jones?
A Samantha lo que menos le importa es el estatus social de un wey, si le gusta y se lo quiere coger, se lo coge y listo. Ahí está el repartidor de UPS con un cuerpazo que mientras Samantha le hace un blowjob en su oficina, Carrie entra y sale corriendo (episodio 4, temporada 5). O cuando conoce a Smith (episodio 2, temporada 6). Después, gracias a ella se convertiría en una estrella de Hollywood pero Samantha lo conoció cuando era un mesero. No importa si es un multi millonario como Richard Wright o un mesero que no tiene nada como Smith Jerrod, si le gusta, le gusta y ya. Ella disfruta del sexo sin fijarse en la cartera, la profesión o el estatus social. No lo requiere, es una mujer auto suficiente con abundancia financiera propia y tanta seguridad que no le importa si alguien la juzga por hacerle una mamada al repartidor de UPS.
Si lo que me gustó de José Luis fueron sus brazos y su físico, en lugar de meterme en mi cabeza como lo hice, con una rayita más de seguridad en mí misma me lo podría haber cogido y ya. Y no estoy juzgando a mi yo del 2020, es cómo me sentía, apenas tenía poco de salir de un desorden alimenticio, estaba en el proceso de pérdida de peso, recuperando poco a poco mi autoestima que un año antes había sido aplastada por una adicción a la comida, eso sin mencionar que seguíamos en pandemia. Yo estaba decidida a conseguir novio, era mi única meta y objetivo en la vida, spoiler, al poco tiempo lo conseguí (en una dating App), pero esa es historia para otro día. En vez de juzgarlo tanto a él por su estatus social, juzgarme a mí por mí físico y convencerme a mí misma de que el hecho que fuera a terapia lo hacía en automático boyfriend material; canalizando a Samantha sería tan simple como “hey, me gustas, wanna fuck?”. Por supuesto en aquel momento no tenía la autoestima ni la seguridad para hacer algo así, Samantha la tiene.
No es mi intención sacar una lista de lecciones de esta historia, eso decídelo tú misma(o), tal vez sólo fue entretenida, no todo debe tener una lección. Yo sí aprendí una muy valiosa, un hombre (o mujer) “trabajado”, que lee, va a terapia o está en el mundo del desarrollo personal no lo convierte en automático en una persona consciente. Hay muchos, como José Luis que por el solo hecho de escuchar podcast se sienten superiores y con el derecho de juzgar a los demás, verlos para abajo y creer que los necesitan. Nadie es salvador de nadie.
Y Samantha lo sabe.
Unapologetically,
Lily GG
Por si no lo has hecho antes, y después de leerlo te has quedado con ganas de más (seguro que sí 😉) te dejo, de nuevo, el substack de
:
Madre mía, madre mía. Yo salgo huyendo de esa tipología de personas, no las soporto. Las he conocido y luego són la gente más egoísta del mundo, con el flow y la naturaleza y las buenas vibras. Eeeecs
No puedo parar de reír con este hombre que quiere dar felicidad a todo mundo. ¿Te imaginas qué nivel de ego maneja este cawn para decir que anda repartiendo sonrisas? No, por favor.
Amo que además sea historia de mexicana con interjecciones chilangas y acentos medio insoportables. Solo para darme una idea, ¿el acento era fresita cual Palazuelos o más bien como que él salió del barrio y el barrio nunca salió de él?