💘Lo que aprendí usando Tinder: El del picante (Parte II)
¿No es mejor la honestidad que coincidir en todas y cada una de las cosas?🤔¿De qué sirve ocultar quien eres y proyectar una imagen que no te representa? 🥸¿Tienen las mentiras las patas muy cortas?🫢
Esta serie empezaba con una reflexión ¿existe un solo tipo de amor? 💖💕✨
¿Qué me llevó a adentrarme en este sarao? 😅
Puedes leer los anteriores capítulos
➡️✨💘 aquí 💘✨⬅️
Acompáñame en mi primera serie de substack 💖 🙃
Espero que os guste , os entretenga y sirva al debate 🎇❤️·🍿😉·🗣️📢
📝 Nota: antes de empezar…
Este señor ha dado para mucho y como me habría salido una historieta de 11 minutazos, la he dividido en parte 1 y parte 2.
Si no te has leído la parte 1, léetela en 4 min y vuelve por aquí.
Si te has leído la parte 1 y no te acuerdas, échale un vistazo.
¡Comenzamos!
🌶️La historieta: Parte 2
“El pollo picantón y la mentira innecesaria” 🫕🍗🌶️🤥
Terminamos la velada anterior con dos besos y un abrazo, y quedamos en volver a vernos.
En balance, a pesar de la desafortunada temática de algunas de nuestras conversaciones, me lo había pasado muy bien y no podía obviar esa buena sintonía que hubo por momentos.
Cuando llegué a casa, me quedé pensativa en sí merecía la pena volver a quedar o no con él, pero…como es fácil de adivinar, hay parte dos, así que: Sí, le di otra oportunidad.
Tras algo más de dos meses de mensajes frecuentes, sin mención alguna a los hábitos sexuales de su ex y del perro de su ex (gracias a Dios, el universo o el renacer de su perdida compostura,…) , por fin, fijamos un día para volvernos a ver.
Diciembre llegó con nuestra esperada segunda cita. Habíamos elegido un restaurante muy chulo que ambos queríamos probar y, desde el inicio, la velada pintaba bien.
No obstante, la primera sorpresa del encuentro no tardó en aparecer.
Al compartir la carta, descubrimos que tenían pollo picantón, un plato picante (especialidad de la casa) que parecía la elección perfecta, dado su entusiasmo por el picante en nuestra primera cita y mi amor declarado por este tipo de platos.
—¡Vamos con el picantón! —dije convencida.
—Uy, no. Odio el picante, me sienta fatal -dijo de forma genuina, sin pararse a pensar dos veces-. Mejor pedimos otra cosa, si no te importa.
🚨🚩 ¿Cómo? ¿En qué momento? ¿De septiembre a diciembre pasó de ser un apasionado del picante al mayor de sus detractores?
Sólo os puedo decir que esta fue mi reacción interna, que intenté ocultar visiblemente como pude: 😦😦😨😨😱😱🤨🤨🤨🤨🤨
No era el picante en sí lo que me mosqueaba, sino la tonta y absurda mentira.
Si mintió en eso tan absurdo, ¿en qué más lo habría hecho?
🔎 A partir de ahí, decidí estar más atenta a sus respuestas 🤨
Vencida la sorpresa inicial1, la conversación fluyó tanto que se extendió hasta las dos de la mañana, pasando por café, cena, licor y copa nocturna. No obstante, no podía obviar esa tonta mentira y con el radar activado, empecé a lanzar ciertas preguntas “trampa” para ver hasta dónde llegaba su afán por coincidir conmigo y para sonsacar aquellos detallitos que de otro modo hubieran pasado inadvertidos.2
Empecé con la pregunta más desconcertante que se me ocurrió:
—Si tuvieses un hijo, ¿cómo le llamarías? Porque yo lo tengo claro: Si tengo alguna vez un hijo se llamará Diego, le guste al padre o no -dije buscando su reacción- Vamos, como que yo me llamo Isabel.
No me esperaba lo que sucedió a continuación…
Lanzado este órdago que hubiera hecho salir corriendo a cualquiera, lejos de huir asustado, contestó maravillado:
—¡Me encanta! ¡Sin duda! Llamaría Diego a nuestro hijo. Es más, me parece el mejor nombre del mundo.
🚨🚩 ¿Encantado? ¿"nuestro"? ¿mejor nombre del mundo? Así, sin más,...
😐😐🙄🙄😶😶😮😮😨😨😱😱
Fue mi sucesión de caras
No sé si mi cara de espanto llegó a notarse -el estaba encantado con la que creyó su perfecta respuesta-. No solo no le asustó lo que yo creí una provocación en toda regla, sino que lo aceptó sin pestañear.
Y esto, fue solo el principio…
Cualquier cosa que yo dijera, él también lo pensaba. En política, religión, música, planes… Todo. Absolutamente en T·O·O·O·D·O.
Cualquier opinión que yo tuviera, él estaba de acuerdo, pensaba lo mismo o también le gustaba -incluso, más que a mí, si se trataba de expresar un gusto o preferencia.
Lo único que hizo con cada una de sus respuestas, fue constatar repetidamente que iba a contestar, exactamente, lo que el creía que a mi me gustaría oír.
🚨🚩 Cuando alguien coincide en absolutamente todo contigo, probablemente no coincida en nada.
No era que tuviéramos muchas cosas en común, sino que tenía un miedo atroz a estar solo y decía exactamente lo que creía que yo quería escuchar.
Cuando la honestidad brilla por su ausencia, salir por patas es parte de la estrategia.
La pena es que lo recuerdo como un tío muy majo, simpático y risueño, buen conversador y con una voz rota preciosa, pero, claramente, esa falta de transparencia y esa obsesión por mimetizarse con mis gustos, me generaron total desconfianza.
Si bien existían muchas cosas en común, gustos similares y un estilo de vida parecido que nos podría haber hecho llevarnos muy bien, esa necesidad de acomodarse a mis gustos, aunque a él no le gustasen e, incluso, a costa de decir mentiras tan tontas como la del picante, hizo que la balanza se decantase hacia un no quiero quedar más con este hombre.
Y diréis, bueno, sin más un par de citas fallidas. No pasa nada, a seguir conociendo gente. ¿No?
Pues no, podía haber quedado aquí la cosa, despedirnos sin más y no volver a quedar jamás (como pasa en la mayoría de los casos), pero lo peor vino cuando le dije, de la manera más asertiva posible y con total delicadeza, que no veía que nuestra relación avanzara más allá de una amistad.
Lo que vino después no fue respuesta, sino reacción en toda regla, me llegó una bocanada de los peores insultos, descalificaciones y todo lo malo que podía salir de sus teclas.
Después de aguantar el vendaval de improperios no hice sino constatar que mi decisión no podía ser más acertada. Sin entrar a valorar afirmación alguna, simplemente, me despedí con un adiós.
Meses después, volvió a escribirme como si nada hubiera pasado y ese incidente registrado en cada uno de los mensajes no hubiera nunca existido.
Le dije que estaba con otra persona e, incluso, tras ello, siguió escribiendo periódicamente. Imagino que cuando la nueva cita de turno le mandaba a paseo, sepa usted tras cuál mentira, retomaba su agenda por donde la dejó la vez anterior y volvía a “hacer ronda de contactos”.
Claramente, no le gustaba ni yo ni ninguna otra persona. Solo quería compañía a cualquier precio.
🧭 4 señales que no volví a ignorar
1️⃣🚩Sacar el tema de la exnovia con calzador es mala señal.
Todos tenemos pasado, sobre todo, a partir de cierta edad, pero sacar forzadamente el mismo tema en bucle a cada (no) oportunidad y con tal grado de detalle, mal asunto…
2️⃣🚩Las mentiras tienen las patas muy cortas. Tarde o temprano, se detectan.
En este caso, quizá si la mentira hubiera venido por otro lado, no la hubiera pillado. Pero, precisamente, el tema del picante -que no se puede comer con todo el mundo- llamó mucho mi atención y me hizo preguntarme en cuantas cosas más me habría mentido para “encajar.”
3️⃣🚩 Coincidir en todo no es normal. Suena más a estrategia que a compatibilidad.
Es genial coincidir, pero ser idénticos, suena un tanto raro ¿no?
4️⃣🚩 Los insultos y las reacciones desproporcionadas son el argumento de la sin razón.
Las personas sanas emocionalmente hablan, debaten, aceptan, pueden estar o no de acuerdo con tu decisión, pero entienden. No se lo toman tan personal.
🤔 Conclusiones finales
Para empezar a salir con otras personas seria un detalle recuperarte de la anterior relación. Eso aplica en ambos sentidos.
De qué sirve ocultar quién eres, entonces querrán la imagen que has proyectado, no a quien realmente eres, no a ti. Y más temprano que tarde, eso saldrá a la luz.
📒 Nota: esto lo leí hace tiempo y lo creo sinceramente:
"Sanar las heridas del pasado y darte un tiempo de introspección, significa querer por anticipado a quien aparezca después en tu camino."
Y tú ¿qué habrías hecho? ¿Hubieras salido corriendo antes? Si te hablan del nombre de “vuestros” futuros hijos ¿te quedas o te vas? Y, lo más importante… ¿te habrías quedado sin tu pollo picantón?
Si te ha gustado y me quieres dejar un ❤️ me ayudas a saber que te gusta y a decidir que debo seguir escribiendo este tipo de historietas; y si te apetece comentar, siéntete libre, el turno es tuyo.
Disclamer (como buena abogada de profesión
😉):
🥸 Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
🦄 Peeeero, ¿Qué es ficción y qué es realidad? ¿Dónde está la línea que los separa?
🔍 Los nombres que aparezcan no serán los reales, pero puede que compartan inicial con el nombre de quien inspiró la historia (para quejas, comentarios, aclaraciones, sugerencias,… vuelva sobre los dos puntos anteriores).
Reconozco que no supe como actuar, ¿estaba confundida y no me había dicho lo que me dijo? ¿Esa mentirijilla es suficiente para salir por patas y dejarlo plantado en el restaurante?
Supongo que la curiosidad y mi necesidad innata de llegar siempre al fondo del asunto, me mantuvo sentada y atenta para desentrañar qué estaba pasando.
Que queréis que le haga, “más vale una vez colorá, que cien amarilla.” 🤷🏻♀️
Hola Isabel, ¡deliciosa historia!, Nunca he quedado con nadie por Tinder y es que ...¿quién sabe qué "bombón" va a acudir a la cita? Yo tenía una amiga más joven que yo, que sí usaba esa Red social y daba con cada crakoooo...... pienso que coincidir es complicado, quizá más que ver un perfil y decir "este".
Qué historia tan divertida de leer y tan similar a lo que pasa en la realidad. En mi época Tinder tuve alguna aventura similar. Detectar lo que no quiero me costó, pero que paz da dejar lo que no suma y no quieres en tu vida😉