💘Lo que Rosemary aprendió de Tinder: Hablando Sobre El Ex - Haz lo que yo digo, no como yo lo hice
En el que Rosemary recuerda un momento en el que no pudo evitar hablar sobre su ex, a pesar de decirse a sí misma que no debería.

Cuando leí el comentario de
al primer artículo de la serie, supe que ahí había una historia que contar. Ese hilo de comentarios fue el preludio de una colaboración anunciada, que no creo sea sorpresa para los que lleváis un tiempo leyendo esta serie.Que podría decir de
a los que no la sigáis de cerca u os la hayáis cruzado ya en comentarios de otro autor… 🤔 que transmite: 1) una generosidad genuina, porque sus comentarios son concienzudos, estudiados y siempre te dejan una enseñanza adicional, un dato que buscar o una referencia; 2) una pasión inquebrantable en el aprendizaje del español, hasta el punto de que nos regala su proceso de aprendizaje y nos impulsa a atrevernos a hacer algo grande con una lengua que no es la nuestra (desde que supe la historia detrás de su newsletter, jugueteo en mi mente con la idea de una versión de la mía en inglés) y; 3) una energía contagiosa, sabiduría y luz propia, es de esos seres alegres que encima lo proyectan en sus intervenciones.Por cierto, esto no se puede olvidar comentarlo, porque una de las cosas que más escribe en español
-vuelvo a repetirlo, admiración total- son poemas. Sí, ¡Poemas en una lengua que no es materna!Os dejo aquí el substack de
en español para que podáis visitarlo y suscribiros a las cartas de esta mujer más que inspiradora, que me ha hecho querer aún más visitar San Francisco, escenario de la mayoría de sus aventuras.Os dejo con ella ❤️🙃
La podéis escuchar o la podéis leer, o escuchar mientras leéis.
Hablando Sobre El Ex - Haz lo que yo digo, no como yo lo hice
Hay momentos para hablar de un ex, y hay momentos en los que no. Y les voy a contar sobre el momento en que supe que no debería, pero lo hice de todos modos. Mi consejo final refleja el de muchos con sentido común: cuando conozcas a una persona por primera vez, ya sea románticamente o no: NO HABLES DEL EX.
Haz lo que yo digo, no lo que yo hice.
Era 2001, había roto con mi prometido solo un par de meses antes. (Llamémoslo "Tipo de las Artes Marciales", ya que tenía un cinturón negro en tae kwon do y lo estaba estudiando y enseñando en el momento en que estábamos saliendo). Nos conocíamos desde hacía cuatro años, habíamos salido durante tres años y finalmente terminamos la relación en mayo de 2001. Rompió conmigo, un poco de repente, desde mi perspectiva. Después pasé días en la cama, sin poder hacer nada más que llorar, mirando con indiferencia el techo de mi habitación, sin poder imaginar un futuro sin él después de haberlo planeado durante tanto tiempo.
Me di cuenta de que esto no era productivo, así que, para empezar a superar mi angustia, llamé a una amiga de la universidad y ex compañera de cuarto que vivía en Londres y reservé un viaje para visitarla. Ella es estadounidense (una californiana de San Diego) pero había estado en Londres durante varios años y planeaba regresar pronto a los Estados Unidos, por lo que el momento era perfecto para escaparse y aprovechar para disfrutar de la compañía de una amiga que vivía allí y podía mostrarme los alrededores personalmente.
Pasé dos semanas en junio de 2001 recorriendo Londres, Inglaterra y luego Mallorca, España, que mi amiga había reservado en el último minuto para tomarse un descanso del "clima londinense". Fue un buen descanso, y no pensé mucho en mi ex mientras estaba de vacaciones, lo cual fue un regalo del cielo.
A mi regreso de Europa, decidí que no estaba exactamente lista para volver a salir con alguien, era demasiado pronto. Todavía estaba destrozada por la ruptura. Sin embargo, no tenía muchos amigos hombres en ese momento. Había pasado mis primeros años en el Área de la Bahía de San Francisco socializando con compañeros de mi edad que, sin que yo lo supiera al graduarme de la pequeña universidad de Illinois a la que todos habíamos asistido, también habían decidido comenzar sus vidas adultas en el área metropolitana de San Francisco y en Berkeley, California en particular, donde yo vivía.
En el momento en que comencé a salir con el Tipo de las Artes Marciales, mis compañeros de clase habían comenzado a dispersarse, haciendo sus propios amigos fuera de nuestro pequeño círculo interno. Pero ahí es donde había estado la mayor parte de mis amigos varones, a excepción de los amigos de mi exnovio. Necesitaba algunos reemplazos de amigos masculinos.
En ese momento, Craigslist.org era completamente funcional con una sección de Relaciones, como habría aparecido en un periódico tradicional. (Craigslist.org todavía existe, pero ahora solo tiene una sección de "compañero de actividad" y una sección de "conexiones perdidas", ya que las aplicaciones de citas han hecho que el resto de las secciones sean irrelevantes).
Escaneé todas las categorías: Hombres buscando mujeres, Mujeres buscando hombres, Hombres buscando hombres, Mujeres buscando mujeres, Conexiones perdidas, XXX (cuidado), y finalmente encontré la que quería:
"Relaciones platónicas - Hombres que buscan mujeres - ¡SOLO AMIGOS!"
Me alegró encontrar la categoría de "amigos platónicos", porque esto es exactamente lo que quería. Amistad masculina sin la molestia del sexo o la charla sobre relaciones. Revisé los anuncios hasta que encontré un perfil que se ajustaba a lo que estaba buscando:
"Escritor, poeta, a veces músico (toca la guitarra por diversión)..."
Parecía un buen comienzo. Envié una respuesta por correo electrónico, explicando que yo también era poeta y música novata, e intercambiamos números de teléfono, tuvimos un par de charlas cortas por correo electrónico y luego por teléfono, y luego finalmente acordamos que podríamos encontrarnos en persona.
En ese momento, yo vivía en Oakland, California, y mi futuro amigo platónico de Craigslist vivía al otro lado de la bahía en San Francisco, pero decidimos encontrarnos en Berkeley, California, en Strada Café, un café al otro lado de la calle del campus de UC Berkeley, con un bonito patio al aire libre bajo la sombra de los árboles, un lugar donde la gente universitaria pasa el rato.
Esto fue antes de que los teléfonos celulares fueran comúnmente usados por las masas, y no compartíamos fotos en línea, así que le dije mi altura, que buscara a una "chica rizada" con cierto tipo de atuendo, me dijo que era "del sur de Asia" (muy críptico) y que me encontraría en la entrada del café.
Llegué temprano al lugar designado y estaba buscando a un hombre indio entre la multitud de estudiantes que iban y venían. Parecía que iba a ser un reto. ¿Cómo iba a saber si era él si había tantos indios alrededor? Entonces Kenneth apareció, sonriendo, me preguntó si podía ser Rosemary (los rizos debieron delatarme) y luego me entregó una rosa. Le dije que sí, tomando la rosa, y nos pusimos en fila para tomar nuestros cafés.
Estaba un poco preocupada por recibir la rosa, siendo este un encuentro platónico, pero, si él estaba jugando con mi nombre Rosemary y quería encontrar una manera linda de presentarse, decidí no darle demasiada importancia.
—No pareces indio —, le dije, mientras hacíamos cola para tomar nuestros cafés. —¿De dónde eres originalmente?
—Oh, no soy indio, pero probablemente no lo sabrías —, respondió.
—Por favor, dígame, todavía me gustaría saberlo—, respondí.
—Soy de Birmania.1
Lo que Kenneth no sabía era que el Tipo de las Artes Marciales también era birmano. Su padre era de etnia china, pero había nacido y crecido en Rangún. Su madre era étnicamente birmana, de una de las 7 tribus principales de Birmania, (ahora olvido cuál), y había crecido en un pequeño pueblo rural. Había pasado más de tres años aprendiendo todo lo que pude sobre la cultura birmana y sobre los años de mi ex en Birmania antes de que emigrara a los Estados Unidos a los doce años, en 1985.
—¡Mi ex es de Birmania! —exclamé—.
—¡Oh! De acuerdo. No mucha gente sabe dónde está, así que no siempre me molesto en mencionarlo.
Bueno, ¿cuáles fueron las coincidencias de esto? Acababa de romper con un hombre birmano, y el primer chico que conozco (con fines románticos o no) es un tipo de Birmania. Tomamos nuestros cafés y nos sentamos debajo de unos árboles para conocernos mejor.
Descubrí que era un periodista profesional y escritor de negocios, y escribía poesía y otras cosas por diversión. Le hice saber que estaba trabajando como asistente ejecutiva en una organización sin fines de lucro, escribiendo poesía y asistiendo a lecturas públicas de poesía con micrófono abierto cuando podía, además de tomar clases de canto y piano para aprender jazz. Me dijo que tocaba la guitarra por diversión y que sabía algunas canciones folclóricas que podíamos tocar juntos. Me parecía que podíamos disfrutar de la compañía del otro y probar esta cosa de amistad platónica.
Mientras seguíamos conversando y divulgando pequeñas partes de nosotros mismos, no podía superar el hecho de que este hombre también era de Birmania. Mi curiosidad se despertó, decidí que estaría bien preguntarle sobre sus experiencias allí. No necesitaría hablar sobre el Tipo de las Artes Marciales, me dije a mí misma, solo estaba interesada en SU experiencia. Así que le pregunté dónde había crecido.
—Rangún.
—¡Mi ex es de Rangún! —exclamé, sin pensar—. Vaya. Lo dije en voz alta. No lo iba a hacer. Oh, bueno, sigamos... Un detalle sobre el ex no importará.
—Nací y crecí en Birmania, pero mi familia es china—, continuó Kenneth.
—¡Mi ex también es chino! Bueno, su papá es... Su mamá es de un pequeño pueblo.... ¿Cómo era ser chino en Birmania?
Kenneth describió un poco su infancia, y yo, incapaz de contenerme, le conté sobre la infancia del Tipo de las Artes Marciales. ¡Eek!—Está bien, está bien—, me dije a mí misma, —está bien, pero puedes parar ahora.
¿Qué más?
A diferencia de mi ex, que había emigrado en 1985, Kenneth era solo unos años mayor que mi ex y yo, había ido a la universidad en Rangún y había estado en el país cuando ocurrió el golpe de Estado de 1988. Había emigrado poco después.
—Oh, mi ex se fue antes de eso—, repliqué. — Pero su mamá se quedó y ha sido difícil para ella.
La conversación continuó, y cada vez que la voz interna en mi cabeza me decía que no necesitaba comparar y contrastar la experiencia de Kenneth al crecer en Birmania con la del Tipo de las Artes Marciales, continuaba haciendo exactamente eso.
¿Kenneth había aprendido inglés antes de emigrar a los Estados Unidos? ¡Sí!
No mi ex. El Tipo de las Artes Marciales llegó a Estados Unidos sin hablar ni una pizca de inglés, y porque es étnicamente chino, y su orgulloso padre anotó en los formularios escolares que la familia era CHINA en los formularios escolares. Por lo tanto, el Tipo de las Artes Marciales fue enviado a una clase de ESL (inglés como lengua segunda) llena de emigrados chinos recientes, y su maestro les hablaba en chino para enseñarles inglés. No sabía ninguno de los dos idiomas, por lo que terminó aprendiendo inglés básico yendo a casa después de la escuela y viendo Plaza Sésamo en la televisión.
Y continuó:
¿Kenneth creció con muebles en su casa? Sí. - Mi ex no lo había hecho. Dormía sobre esteras de paja y se sentaban en el suelo cuando comían juntos.
¿Kenneth comía con utensilios o palillos? Ambos. - Mi ex no había comido con ninguno de los dos. Comían con las manos.
¿Tenía la familia de Kenneth suficiente dinero para pagar su educación? Sí. - La familia de mi ex no lo hizo. Algunos años, el Tipo de las Artes Marciales no estaba seguro de si podría ir a la escuela, basándose en la cantidad de dinero que sus padres tenían para enviar a los cuatro niños... no había ninguna escuela pública disponible, solo escuelas privadas dirigidas por monjes budistas, y el hermano mayor tenía prioridad para todo, incluida la educación. El Tipo de las Artes Marciales no era el primogénito.
Seguí haciendo preguntas sobre Birmania y la experiencia de Kenneth al respecto, y en lugar de callarme sobre mi ex, como mi voz interna me decía que debía hacer, ofrecía su experiencia como contrapunto a nuestra conversación. Kenneth era un hombre muy amable, y si estaba exasperado, no lo demostraba. Realmente estaba interesada en comprender más sobre la cultura birmana y la propia experiencia de este hombre al respecto, pero ¿por qué necesitaba incluir a mi ex en ella? Sabía que estaba equivocada y, por dentro, me avergonzaba de ello, pero no podía evitarlo.
Kenneth y yo hablamos mucho y tuvimos algunas "citas" en los próximos meses. Regresamos a Berkeley y tocamos música juntos en el césped debajo del Campanile en el campus de UC Berkeley. Nos encontramos en San Francisco un par de veces y paseamos por Chinatown.
Nunca pude decir si Kenneth estaba realmente interesado en salir románticamente, a pesar de que fue él quien inicialmente ofreció la amistad platónica. Hablaba mucho del amor romántico, no directamente hacia mí, sino sobre su filosofía del mismo. Disfruté de las conversaciones, pero no podía decirlo: ¿era esta búsqueda de amistad platónica suya en realidad un disfraz para salir con una mujer, pero a un ritmo más lento? ¿Realmente se sentía atraído por mí? No podía manejar mis dudas, así que dejé la pregunta sin respuesta. Kenneth nunca dijo nada que revelara concretamente que sus motivos eran otra cosa que la amistad platónica.
En septiembre de 2001, por supuesto, ocurrió el ataque terrorista en los Estados Unidos. Estuve en estado de shock durante varias semanas, mientras absorbía las noticias a nivel nacional mientras escuchaba historias día tras día sobre personas que conocía que habían perdido a sus seres queridos en las Torres. Algunos amigos de amigos y familiares habían escapado milagrosamente. Algunos no lo habían hecho. Fue un momento abrumador.
Kenneth y yo nos mantuvimos en contacto por un corto período después de eso, por teléfono. Pero entonces, un día, ambos admitimos que estábamos lidiando con una tristeza extrema y que no estábamos dispuestos a ser sociables o incluso a charlar mucho. Dejamos de llamarnos y, al final, perdimos el contacto.
Unos años más tarde, después de mudarme a San Francisco desde Oakland, me encontré con Kenneth en un autobús. Nos reconocimos y pudimos sentarnos uno al lado del otro durante unos minutos y ponernos al día.
—Finalmente publiqué mi libro sobre crecer en Birmania—, dijo.
—¡Genial! ¡Lo buscaré!— dije. ¡Y lo hice!
Nuestra conversación fue cordial y tranquila, y nos separamos amistosamente, pero sin intercambiar nuestra información de contacto actual.
Eso fue hace más de veinte años. Todavía tengo el libro. Una búsqueda en Internet muestra que todavía está a la venta en línea, y que se ha publicado tanto en inglés como en birmano. Aquí está el libro:


Y aquí está el enlace a las memorias de Kenneth en línea:
A Prayer for Burma by Kenneth Wong22
Una parte de mí lamenta que nunca continuáramos nuestra amistad platónica, porque Kenneth era un verdadero caballero, y tenía un comportamiento cálido, un ingenio gentil, un buen vocabulario (una ventaja para nosotros los escritores) y una actitud positiva sobre la vida y sus posibilidades, lo cual aprecié. En última instancia, nunca fui reprendida directamente por él por mi comportamiento. Si estaba molesto o preocupado por mis arrebatos sobre Birmania y las historias de mi interpretación de la experiencia de mi ex, nunca lo mencionó.
Pero... a pesar de la capacidad de Kenneth para perdonarme por compararlo punto por punto con mi ex, ¡no lo recomiendo!
Rosemary DeSena se define como una poeta que vive en San Francisco, California, EE.UU., que deambula por la ciudad, buscando interacciones alegres con aquellos con los que se encuentra en los pequeños momentos que se despliegan en la creación de un día, y escribe sobre ello, (además de compartir su poesía y memorias) en su newsletter en inglés:
Y en su newsletter en español La Vida es un Poema
El español no es su lengua materna, pero sí en la que está creciendo. Ella espera que escuches el audio de este artículo, pero también espera que le perdones sus errores de pronunciación.
Birmania ahora se llama Myanmar, pero en el momento de esta historia, todavía se la conocía como "Birmania", por lo que uso ese nombre aquí.
Wong, Kenneth. Prayer for Burma. Santa Monica: Santa Monica Press, 2003.
Muy buena la historia, el hablar de la forma en la que ella lo hizo de su ex en un buen indicador para darse cuenta de que aún no se ha procesado todo el duelo, por otra parte, es normal que, pasado el tiempo, se hagan comentarios sobre alguien que ha formado parte de tu vida, en su justa medida lo veo hasta natural.
Muy buena historia. Lo de no hablar de ex es algo que llevo a rajatabla.