¿Por qué postergamos tanto tiempo las cosas que queremos hacer?
¿Cuántas actividades, destinos, libros, restaurantes, llamadas llevas tiempo retrasando sin razón? Coge asiento, ponte cómoda, agarra tu libreta y prepárate para apuntar ✏️ ¿y si dejamos de postergar?
La inspiración 💚🤍🖤
Alguno que otro por aquí me habrá oído -mejor leído- hablar -ejem, escribir- de que soy medio extremeña. O bueno, si no lo habíais leído, os lo digo abiertamente: Soy medio extremeña, mi padre era de Badajoz y, a pesar de no haber nacido aquí, llevo pisando estas tierras cada año desde mi más tierna infancia. Creo que no ha habido un solo año en el que haya faltado a mi visita mínima anual, si bien, la mayoría de las veces han sido muchas más visitas al año que la típica de rigor.
Esto no os lo cuento gratuitamente, aunque, sí, estoy orgullosa de ser medio extremeña, sino como excusa para preguntaros precisamente lo que el título de este post bien dice:
¿por qué postergamos tanto tiempo las cosas que queremos hacer?
Una gran verdad
Sabéis que es lo que pasa cuando estás tan acostumbrado a ir a menudo a un sitio o vivir en un sitio, ¿no? Que hay mil cosas maravillosas por descubrir, pero siempre que vienes surgen otras cosas y dices…ya iré, ya lo conoceré o ya lo visitaré en otro momento.
Eso es lo que me había pasado a mi con Mérida, llevaba tanto tiempo diciendo, “¡si está super cerca!”, “¡a ver si vamos!”, que, al final, nunca iba. Y así se van pasando los años y nunca vas a donde quieres ir, nunca haces lo que prometes hacer, nunca haces esa llamada pendiente, ni aprendes a hablar portugués, ni cocinas baba ganoush, ni creas tu propio negocio, ni te compras ese libro, ni vas a ese concierto de ese grupo que te pierde…
Cada uno que lo rellene con el tema que le afecte.
He decir que, por fin, me he arremangado y he decidido que era el momento de visitar Mérida y, como intuía, no os puedo decir nada que no sea bueno; en breve volveré y en verano, por fin -después de 3 años que llevo diciéndolo con una amiga-, vendremos al festival de teatro clásico. El solo deambular por sus calles y placitas y encontrarte, de repente, con unas ruinas romanas que han subsistido durante siglos y siglos, el pasear por el anfiteatro respirando en la misma atmósfera donde murieron tantos y tantos gladiadores, tratar de imaginar cómo era la vida entonces, sentarte y contemplar el escenario del teatro donde tantos y tantos emeritenses asistieron hace siglos a obras y obras o contemplar las murallas que aun resisten o el Arco de Trajano como si no hubiera pasado un solo día, merecen totalmente la alegría.
Dejando a un lado lo evidente, en nuestro ejemplo, que Mérida me iba a encantar, vuelvo a preguntaros, no para dar una solución ni exponer una verdad única que se me antoja quebradiza, sino para reflexionar con vosotros e intentar contestarnos a esas preguntas que merecen ser respondidas.
¿Por qué esperamos tanto para visitar esos lugares? ¿Por qué dejamos que pase el tiempo sin hacer lo que siempre hemos querido? ¿Por qué postergamos tanto aquello que queremos hacer?
Está bien, también quiero ir a Mérida, México y eso toma algo más de tiempo planificarlo, pero no haber venido nunca a Mérida (España) más estando a 83 km del pequeño reducto de paz que visito año tras año, carece de una coherente justificación. Como se diría en mi casa “tiene delito.”
Así que sirva este breve post como pequeño recordatorio para que todos anotemos (yo lo voy a hacer ahora) todas esas pequeñas cositas que, como sabemos que es fácil hacer, nunca hacemos. Todos esos cercanos destinos a los que queremos ir pero que no visitamos por vaguería, pereza -seamos claros- o por falta de fecha o de planificación. Porque si no tienes tiempo se busca más adelante, si no tienes dinero, se hace un plan de ahorro y se consigue y si tienes miedo de viajar lejos sola, se buscan las alternativas para que la experiencia sea inolvidable o para unirte a un grupo de viajeros.
En ocasiones, lo único que necesitamos es decidirlo, sentarnos a investigar las opciones posibles, el presupuesto necesario y las fechas más adecuadas para realizar todas esas actividades o experiencias que nos gustaría probar y que por pereza, miedo o costumbre, no probamos.
En ocasiones, sólo necesitamos cruzar el bonito puente que nos separa de ese algo que queremos hacer.
Paro de escribir…
Os invito a anotar todas esas actividades, destinos o experiencias que os gustaría realizar, visitar o probar pero que habéis estado postergando durante largo tiempo.
Retomo la escritura…
Después de anotar varios sitios, actividades y lugares que llevan mucho tiempo en mi lista…
Te lo dejo por si te sirve de inspiración ✨✨✨
- Clases de danza del vientre.
- Volver a hacer body balance (que bien me sentaba…).
- Vencer el miedo al ridículo en yoga.
- Volver a Cáceres.
- Ir a Galicia.
- Hacer el camino de Santiago.
- Probar el libanés de la calle ballesta.
- Probar el peruano que me recomendaron mis amigas peruanas.
- Ir a la terraza de Madrid Riu.
- Tomarme un coctel en la terraza de Sabatini.
- Ir a la noche del aperitivo italiano con mi amiga María.
- Sicilia ❤️
- Hacerme una cura energética en Bolivia 🙏🏼, bajar la carretera de la muerte, conocer la Isla del Sol, la Paz, ir a un combate de cholitas.
- Ver el pacífico, comer un tiradito en Lima, ver el Machu Pichu 🤩
- Viajar sin billete de vuelta a México ❤️🔥❤️🔥❤️🔥, recorrer baja california, Jalisco, Oaxaca, la Península del Yucatán, ir a alguno de los pueblos mágicos, pasar unos meses en México DF.
- Visitar Medellín, Colombia -el extremeño si que lo he visitado jaja-, Cartagena de Indias, Bogotá, el eje cafetero...
- Ir a Santiago de Chile, bajar a tierra de fuego.
- Perderme por las calles de Tokio, viajar a Japón en época de cerezos en flor o cuando lleguen las hojas caducas del otoño, probar todo lo que pueda de la gastronomía japonesa.
- Visitar Singapur y Hong Kong…
- Conseguir que mi madre suba a un avión.
- Recorrer Estambul, la Capadocia, Grecia, mirar de cerca el Egeo mientras imagino la cantidad de navíos que transitaron sus aguas e hicieron historia.
- Darme un masaje tailandés en Tailandia, visitar Koh Tao y perderme escribiendo mientras miro esas aguas, probar mi verdadera tolerancia al picante.
- Perderme en el norte de Vietnam y sus arrozales, comerme un verdadero banh mi en la caótica Hanoi, dormir bajo la noche estrellada de Ha long bay...
- Maravillarme ante la grandiosidad de Angkor Wat, en Camboya.
- Tratar de entender que les ilusiona, que les motiva, que les preocupa a los habitantes de cada uno de los sitios que visite, perderme y encontrarme en su gastronomía, en su cultura, en sus sueños y deseos.
¿Y tú qué cosas estás postergando? ¿Cuál es esa lista de interminables pendientes que nunca realizas? ¿Qué destinos estás retrasando conocer más de lo necesario? ¿Cuándo piensas reservar en ese restaurante que te mueres por probar? ¿Cuándo piensas ponerte a buscar academias o un profesor de tango?
Claro que no se puede hacer todo a la vez, pero…alguna cosita… Yo ya he reservado para ese libanés y he liado a dos amigas para comprar esas entradas del teatro.1
Breve recordatorio que me estoy empezando a hacer mucho últimamente:
La idea sin acción se la lleva el viento.
La acción más meterla en calendario (si es sencilla) o en calendario más planificación (obviamente, un viaje a Japón o México toma algo más que comer en el restaurante georgiano de la esquina de tu casa) lleva a sueños cumplidos.
(si…también me distraigo fácilmente, me he parado a hacerlo mientras anotaba cosas en mi lista…🙈)
Yo tengo listas de lugares a visitar, libros a leer y películas para ver, lo importante no es tener las listas sino ir tachando poco a poco y yo lo estoy haciendo, por cierto estoy aprendiendo portugués …. 😉
Yo solo quiero decir que, ¡TE ESPERO EN MÉXICO! Así que vayamos materializando ese para empezar.