Lo único a lo que debemos temer es el miedo en sí mismo
Lo que puede dar de sí una cita inspiradora y un podcast...Te descubro en 5 minutos el pequeño detalle que marcará la diferencia entre la parálisis y la acción. 😉
La cita inspiradora
Lo único a lo que debemos temer es el miedo en sí mismo (esta es la note que publiqué durante esta semana).
La explicación científica
Después de escribir esta note, escucho un podcast de un biólogo reconvertido en divulgador,1 que nos explica la necesidad de validar el miedo como emoción:
Hay que validar el miedo. Si tú a un niño le dices que no tenga miedo, que esté tranquilo, que no pasa nada y que no hay que tener miedo, estás invalidando su emoción. Ello va a hacer que asocie distinguir sus emociones con algo malo, que no está bien, que debe ser evitado.
En cambio, si le dices, es normal tener miedo. Yo también tengo miedo algunas veces, pero puedes actuar a pesar del miedo, estás validando su emoción, reconociendo que tener miedo es normal y que no se tiene por qué sentir mal por sentir miedo.
Si validas su miedo, le estás ayudando a que pueda convivir con él en el futuro.
Y es que…ese pequeño infame…nunca desaparece, siempre está ahí, latente, acechando a la vuelta de la esquina 😶🌫️.
¿Y si ese niño fueras tú?
Ahora imagínate que no le estás hablando a un niño cualquiera, sino que ese niño aterrado (por hacer un examen, por cambiar de trabajo, por tener una conversación incómoda, por terminar una relación, por cantarle a alguien sus verdades cuando ha traspasado los límites de lo tolerable, por preguntarle la hora a un desconocido o por cualquiera que sea el miedo que cada uno enfrente) es ese pequeño niño que aún sigue en tu cabeza y que ahora habita en un cuerpo adulto.
¿Qué harías con esta información?
¿Retroalimentarías su miedo invalidando su emoción?
¿O le dirías…?
— Es normal tener miedo. Todo lo distinto, lo grande, lo que nos puede llevar a un cambio de vida acongoja (y mucho).
— ¿Pero sabes qué? Merece la pena. Porque así, la próxima vez que te dé miedo algo, te acordarás de esa vez en que te enfrentaste a ese examen y saliste ilesa -e, incluso, con buena nota-, en el que renunciaste a tu trabajo y encontraste otro inmensamente mejor -en el que te ríes, con el que disfrutas, y en el que siempre aprendes algo nuevo-, de aquel día en que publicaste en una red social una foto tuya y no pasó absolutamente nada malo, …porque, eso, te ayudará a dar tus siguientes pasos, aquellos que te siguen aterrando, aquellos que te siguen asustando, aquellos que quieres dar pero que no te atreves a realizar.
Ya os decía en otro post que superar un miedo es como encender la luz.
Puedes evitar entrar en una habitación porque está oscura y no sabes qué te encontrarás o puedes entrar dando la luz.
Y es que, habrá cosas que nos daban miedo y que han dejado de darnos miedo ahora, pero siempre habrá nuevas cosas, retos y situaciones a los que enfrentarnos…así que más nos vale vadearlo para que no nos paralice y nos impida avanzar hacia el futuro que queremos configurar como propio.
Sigamos encendiendo luces, pero seamos conscientes de que el miedo siempre estará ahí. Quizá sabiéndolo, cambie nuestra perspectiva y empecemos a desentrañar qué se esconde verdaderamente tras ese miedo.
Te dejo aquí, por si no lo leíste, el enlace a post del que hablaba, uno de los que más han gustado hasta el momento.
Rectificar es de sabios
Curiosamente, intentando hacer este ejercicio de validar mis miedos (ahora muchos por distintos motivos) y de verificar para llenarme de fuerza que, en muchas otras ocasiones, he actuado a pesar del miedo y sigo indemne, estuve rebuscando en unos cuantos cuadernos y agendas en los que solía escribir durante mis años de oposición donde descargaba mi mente, me auto-animaba (somos nuestros mejores animadores2…🙃) y, a veces, me inventaba o recogía frases motivadoras de otros que me ayudaran a seguir en los momentos duros.
Dentro de estas libretas -que contenían tantas y tantas frases- he recuperado esta frase:
El miedo no ayuda, el miedo solo paraliza los sentidos.
No hay que sentir miedo.
Aggg 😳😳😳… error…invalidando emociones 😶🌫️🙈😅
Y yo, leyéndome esta frase continuamente cuando lidiaba con mis demonios para seguir estudiando horas y horas al día. Tremendo…
Hoy, cuatro años más tarde, cojo esa frase que me dije y la rectifico:
El miedo no ayuda, el miedo solo paraliza los sentidos. Hay que escucharlo, pero utilízalo en tu favor y actúa a pesar de él. Que ese maldito miedo no te impida perseguir tus sueños.
📌 Conclusión breve:
⛓️💥 Acción + miedo = menos miedo la siguiente vez ✨✨✨
⛓️⛓️Parálisis + miedo = cada vez hago menos, cada vez me conformo más, cada vez intento menos cosas...cada vez me hago más y más pequeñito 😟😞😖
Por si os inspira…
Dos cositas que me daban miedo y que he hecho esta semana:
- Publicar una Note con mi foto.
- Hacer una publicación en Instagram donde se me viera claramente la cara. Red abandonada donde las haya; este año me propuse publicar en ella y bueno…como no me puse un número mínimo podríamos decir que he cumplido…
Diréis… qué tontería, te da miedo publicar en Instagram, te da miedo poner tu foto. Puuuuues… efectivamente. SI, me daba miedo. Y me sigue dando, peeero…de eso se trata la vida ¿no? De ir conquistando nuevos espacios.
Y tú, ¿validas tus miedos o retroalimentas tu parálisis?¿qué situación has enfrentado a pesar del miedo? Quizá tu comentario ayude a otra persona que está pasando por la misma situación….
¿Qué ocurrió después de hacer todo eso que te aterraba? ¿Qué sensación se te quedó en el cuerpo?
¡Deseando leeros en comentarios!
Estanislao Bachrach (este hombre es un crack 😀) Os dejo el enlace al podcast. En torno al minuto 15 suelta esta perla, aunque también muchas otras dignas de escuchar.
A veces, también podemos ser los peores tiranos con nosotros mismos, así que “cuidadín” con cómo enseñamos a hablar a esa vocecilla omnipresente.
Yo he sido una fuerte miedosa a la incertidumbre y el momento clic me vino cuando asumí que la incertidumbre siempre va a estar ahí y que lo único que puedo hacer es aceptar que nunca sabré que vendrá exactamente después, es algo que no podemos controlar, como si habrá una tormenta el día que hemos decidido ir al campo, es incierto si vendrá o no, esperas que te respete el clima, pero es algo que no controlas. Si puedes controlar quizá, el plan b por si acaso llueve, pero no si habrá tormenta, como tampoco si caerás enfermó, te quedarás sin trabajo o quebrará tu empresa. Pero al mismo tiempo que vivirás sano 100 años, te harán una oferta de trabajo que te encante o crearás una empresa que te emocione cada día. Buen tema el que has sacado! Daría para un post entero!! Gracias por dejar tu comentario 😊
El miedo es una emoción inevitable. Nos protege, nos alerta, pero también puede limitarnos si le damos demasiado poder. Muchas veces no es un peligro real, sino una resistencia al cambio, una voz interna que nos llena de dudas antes de siquiera intentarlo.
Pero el miedo en sí mismo no nos hace daño. Lo que nos paraliza es temerle al miedo, dejar que nos controle. En cambio, si lo aceptamos como parte del proceso, si lo vemos sin huir, nos damos cuenta de que podemos seguir adelante a pesar de él.
Cuando sentimos miedo, en lugar de evitarlo, podemos preguntarnos: ¿Es una advertencia real o solo una barrera mental? ¿Qué pasaría si, en lugar de detenerme, lo uso como impulso?
El miedo siempre estará ahí, pero no tiene por qué dirigirnos. No tengamos miedo del miedo. Dejémoslo estar… y sigamos avanzando.
Me encantó reflexionar, ¡gracias!.